El responsable de la compañía en España asegura en esta tribuna que la empresa, "lejos de suponer una amenaza para los modelos de movilidad más tradicionales, ofrece una alternativa beneficiosa".
En pleno siglo XXI, con el auge de la robótica y las nuevas plataformas tecnológicas innovadoras, todavía nos sentimos algo incrédulos ante la idea de que haya coches autónomos que nos puedan llevar de un lugar a otro por la ciudad. Sin embargo, ya somos adeptos al uso de otras alternativas de movilidad que nos ponen en contacto con conductores personales o profesionales, algo que -hasta hace unos años- también nos podría parecer algo insólito.
El auge de la transformación digital y los pilares en los que actualmente se sustenta (internet de las cosas, producción 4.0, inteligencia artificial, Smart industries, economía digital...), ha traído consigo la ‘Cuarta Revolución Industrial’. Entramos pues en una era en la que las relaciones interprofesionales -sobre todo para la industria de servicios- se vinculan al uso de la tecnología para personalizar la oferta y presentar servicios o productos eficientes y competitivos. Ya no hay marcha atrás, igual que no la hubo en la Revolución Industrial. Todos los sectores -incluidos el del transporte y la movilidad- están llamados a adaptarse a ella, incorporando lo positivo de la tecnología para poder competir en condiciones óptimas.
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