Es posible que no hayas escuchado hablar de la tecnología 'vehículo a red', también conocida como V2G (vehicle-to-grid) por sus siglas en inglés. Sin embargo, en los próximos veinte años se convertirá en algo habitual en nuestro día a día, y en unos 30-40 años podría transformar el concepto de energía de forma radical, haciendo de las gasolineras, e incluso de las estaciones de energía, un concepto del pasado.
¿Qué es la V2G?
Piensa en cómo funciona la distribución de electricidad habitualmente. Cuando enchufas algo a la red eléctrica de tu casa, la energía procede de la red nacional que, a su vez, viene dada de estaciones de servicio que utilizan carbón, gas y combustible nuclear, además de fuentes de energías renovables como la solar o la eólica.
Es una red centralizada, con la energía fluyendo desde enormes centros hasta donde es necesaria. La tecnología vehículo a red transforma esta idea, ya que recoge la energía de un vehículo eléctrico y la redistribuye de nuevo a la red. Esto convierte a los coches en pequeñas estaciones eléctricas, dando lugar a sus propios ecosistemas energéticos.
Lo más efectivo es imaginarse la relación energética entre un vehículo eléctrico y una casa. La batería de los coches se carga en casa durante la noche (cuando la electricidad es más barata). Por la mañana, cuando el uso de energía es más caro, parte de la batería se utiliza para generar agua caliente para la ducha o para hervir en una tetera.
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