China está a la vanguardia en el uso de la tecnología de reconocimiento facial, presente tanto en restaurantes de comida rápida como en universidades, la lucha contra el crimen e, incluso, en los distribuidores de papel higiénico de lugares públicos.
Sus defensores alegan que esta tecnología hace la vida más fácil y segura, pero sus detractores ven en ella una forma más del Gobierno de vigilar de cerca a los 1.400 millones de chinos.
En Shanghái y en otras grandes ciudades, el reconocimiento facial se ve incluso en las calles, con el objetivo de atrapar a quienes infrinjan las normas de circulación.
Así, los peatones que cruzan la calle por lugares en que no esté permitido son sistemáticamente fotografiados y su foto aparece, inmediatamente, en una gran pantalla instalada en la intersección más cercana. Si no quieren verse en esta "pantalla de la vergüenza", tiene que pagar una multa de 20 yuanes (3 euros).
Be the first to comment
Sign in with
Facebook Twitter