Una compañía suiza comenzará a extraer dióxido de carbono del aire en Islandia el jueves, buscando transformar el gas en roca bajo la superficie en una primera prueba de una costosa tecnología que apunta a frenar el cambio climático.
En el experimento, de la firma suiza Climeworks con Reykjavik Energy, costará cientos de dólares extraer cada tonelada de gas de efecto invernadero de la naturaleza y sepultarla permanentemente bajo tierra.
Climeworks planea sepultar 50 toneladas de dióxido de carbono de la atmósfera en un año, equivalente a las emisiones de gases de efecto invernadero de una sola familia estadounidense, usando ventiladores y químicos especiales en el proyecto respaldado por la Unión Europea.
El gas será disuelto en agua y enviado unos 1.000 metros bajo tierra, donde Reykjavik Energy dice el carbono reacciona con la roca basáltica y se vuelve piedra.
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